Atenea, diosa de la mitología griega, simboliza la sabiduría teórica y práctica, e inspira la reivindicación del reconocimiento del valor femenino.

Mi misión es acompañar y ayudar, de la misma manera que he hecho conmigo misma, a mujeres emprendedoras que han sufrido de violencia de género económica, a partir del reconocimiento de la historia de nuestra propia vida. Este hilo conductor nos va a permitir tejer y entrelazar la experiencia personal de vida con un relato que “nos prestará orientación y sentido”1. Historias de vida que entrarán en resonancia con las propias de las figuras mitológicas del pensamiento griego para ampliar las perspectivas sobre la feminidad y los procesos por los que ésta se constituye.

Este punto de partida nos va a ayudar a diseñar un proyecto de vida profesional o laboral acorde a los deseos, experiencia de vida personal de cada mujer y orientado a los valores de la economía feminista, circular, social y solidaria. El resultado quedará plasmado en El Plan de Viabilidad Personal, Profesional y/o Laboral, Cultivar Atenea.

1 Ricoeur, Paul. Finitud y culpabilidad. Madrid, Taurus, 1982, p. 169.

Mi nombre es Iolanda Suescun, soy Diplomada en Ciencias Empresariales y Económicas por la Universidad de Girona (UdG), Máster universitario en dirección contable y financiera, especializada en auditoría empresarial por la Universidad Pompeu Fabra (UPF). Tengo más de 20 años de experiencia en el ámbito de la dirección, gestión y creación de empresas junto con la enseñanza ocupacional, reglada y no reglada. Desde hace 6 años compagino la gestión empresarial cómo fundadora y directora de la Asociación Athena con la investigación y enseñanza como profesora Asociada en la Universidad Politécnica de Catalunya (UPC) en el ámbito de la Economía, Empresa y Emprendeduría. Actualmente estoy formándome cómo Terapeuta Sistémica Breve por la UOC.

Os explico lo más relevante de mi historia para que entendáis el porqué de mi misión.

Para comenzar a devanar el ovillo de mi método Cultivar Atenea, tomamos un hilo conductor en sentido literal.

De pronto un día, al leer sobre la historia de la Diosa Atenea, y analizar en profundidad los patrones dominantes de su personalidad y su relación con los mitos, me vi totalmente reflejada en ella!

A partir de los mitos de Atalanta, las Moiras, el mito de Atenea y Aracne y el mito de Ariadna vi las conexiones que se daban entre la feminidad y las tareas de hilar y tejer, así como distintas visiones del poder y las vulnerabilidades femeninas que se entrelazan con estas figuras mitológicas.

El arquetipo de Atenea coincidía con mis aptitudes y actitudes: cultivadora del gusto por el conocimiento, clarividente, estratega, perspicaz, diplomática, artesana, hija del padre, moderada, acorazada y cercana. Pero la gran mayoría de mis dificultades psicológicas ya las había superado sin SER CONSCIENTE (a costa de tiempo, sufrimiento y por haber cultivado y activado arquetipos dominantes de otras diosas). A partir de ese momento comencé a conectar mi historia de vida pasada y presente con el mito y arquetipo de Atenea. Cuando tomé consciencia de la relación entre el arquetipo de la diosa Atenea con mi personalidad, así como los episodios de mi vida que, de forma negativa y positiva, habían hecho mella en mí, me liberé y encontré sentido y respuesta al POR QUÉ y al AHORA LO ENTIENDO. …

Me di cuenta de que las VÍAS DE DESARROLLO que habían tenido lugar en mí, de forma totalmente INCONSCIENTE, coincidían de pleno con las propuestas que la autora Jean Shinoda Bolen, doctora en medicina, analista junguiana y profesora de psiquiatría en la Universidad de California, expone en su obra, entre otras, Las Diosas de cada mujer.

ME VOLVÍ HACIA DENTRO, “la máquina está siempre en marcha”. Me di cuenta de lo absorbente que es mi trabajo y necesitaba una vía para retirar mi mente de la actividad así que comencé a interesarme por las propiedades de los aceites esenciales y en la Aromaterapia para crear mis propios aromas.

LA RECUPERACIÓN DE LA NIÑA, nunca fui niña. Al igual que la Diosa Atenea nací como persona adulta.

Mi hermana dice que siempre me recuerda con un libro o papel entre mis manos y totalmente inmersa y lidiando con los quehaceres y preocupaciones de los adultos de mi entorno.

Gracias a mi método he sabido reconocerlo y descubrir mi niña perdida, reír, llorar y dejarme abrazar.

EL DESCUBRIMIENTO DE MI MADRE, según la mitología, Atenea era una hija sin madre que se enorgullecía de tener sólo un padre: su padre Zeus.

Mi aproximación y relación con las mujeres a lo largo de mi vida me han ido acercando hacia las ideas feministas. El mérito de mi proyecto es gracias a ellas. Desde esta perspectiva, pude acercarme a mi madre. Necesitaba descubrirla, empatizar con ella, no juzgarla y valorarla.

Viví una infancia y una adolescencia complicadas por el proceso de separación de mis padres, mal llevado, y entre continuos cambios de residencia. Estuve muchos años enfadada con mi madre por no haber afrontado y actuado, desde mi punto de vista, ante su nueva situación. A la vez, seguramente por mis inquietudes más intelectuales, me sentía más cercana a mi padre aun estando en desacuerdo a su “mal trato” hacia mi madre y sus tres hijos.

Recuerdo durante mi adolescencia sufrir terribles episodios de migrañas, al igual que mi padre. Resulta curioso el paralelismo con el nacimiento de la diosa Atenea.

El dios Zeus, aterrado por un dolor de cabeza insufrible, pidió a Hefestos, el dios de la forja, que le ayudara. Hefestos le golpeó la cabeza con un hacha de doble filo, abriendo una vía para que emergiese Atenea.

Una primera reflexión que querría compartir con vosotras es que el hecho de que Zeus dé a luz físicamente a esta diosa, creo que remite al deseo masculino de gestar y parir hijos en un sentido biológico. Otra reflexión que surge al hilo de este relato tiene que ver con el prejuicio patriarcal de que surge precisamente a partir de la conexión entre la combatividad, la sabiduría y la capacidad de tejer, tres elementos simbólicos que confluyen en Atenea.

Es decir, Atenea independiza a las mujeres del miedo a ingresar sin consentimiento en una esfera masculina. Atenea nunca pretendió rivalizar con el hombre, desvalijar la obra del hombre, ella nace de la cabeza del dios, no de sus pies. Atenea no tiene necesidad de robar los rayos; ella posee acceso total a ellos y absoluta libertad para utilizarlos.

Atenea representa el conocimiento y la clarividencia que permiten entender el mundo, captarlo y comprenderlo en su creciente complejidad.

Atenea muestra que el conocimiento es algo que se entreteje, que se va construyendo y que gana complejidad y riqueza de matices a medida que insertamos nuevos elementos, que enlazamos y anudamos nuevos hilos a la urdimbre que ya teníamos.

La sabiduría se adquiere paulatinamente, surge de un proceso que requiere habilidad, paciencia y constancia, y sobre todo tiempo. …

A partir de este proceso de identificación y estudio de arquetipos en las otras diosas aprendí a pensar de manera diferente sobre mi madre, sobre otras mujeres y sobre mí misma.

Cuando sentí que existía una dimensión mítica en lo que estaba emprendiendo, me afectó e inspiró en mi centro creativo. Los mitos evocan sentimientos e imaginación y tocan temas que forman parte de la herencia colectiva de las personas. En ellos hay una resonancia de verdad sobre la experiencia compartida.

¿Qué me ha pasado a mí, al interpretar los mitos? Pues que, como resultado intelectual e intuitivo, he captado una COMPRENSIÓN. He comprendido mi misión profesional a partir de mi propia experiencia vivida.

Un mito es como un sueño que recordamos, incluso cuando no lo comprendemos, porque es simbólicamente importante.

Cuando interpreté el arquetipo de Atenea y los mitos de Atalanta, las Moiras, Atenea y Aracne i Ariadna con su ovillo mágico capté una verdad a través de ello. Me tocó la cuerda sensible y entendí todo.

Es más importante el cómo, pero la aceptación del por qué, el hecho de entrelazarlo y tejerlo con mi presente me ha llevado a encontrar mi propósito de vida laboral.

Han sido años con ansiedad, sin entender bien el por qué, aun así, lo intuía. No me sentía completamente realizada profesionalmente, con inseguridades, mucha inquietud, pero con mucha capacidad creativa… compaginando durante años la docencia universitaria y ocupacional con la gestión empresarial por cuenta de otros.

Pero me faltaba algo, siempre sentía cómo una presión en el estómago, hasta que hace cinco años, a raíz de un proyecto de emprendeduría que presenté en una de las universidades en las que colaboraba tuve la oportunidad de escenificar lo que sería la punta del hilo y que más adelante me llevaría al ovillo.

En el año 2018 di vida a la Asociación Athena, con la misión de acompañar a mujeres en situación de exclusión social y laboral a crear sus propios modelos de negocio en el ámbito textil.

¿Por qué el nombre de Athena? ¿Por qué del ámbito textil?

El nombre Athena me lo sugirió un amigo durante una cena, a raíz del relato del proyecto que tenía en mente. Seguramente, así lo creo, ya era un presagio de lo que vendría después…

El hecho de comenzar en el ámbito textil vino gracias a la oportunidad y experiencia que tuve trabajando en un proyecto similar en Barcelona en colaboración con otras dos entidades. Después, al trasladarme definitivamente a vivir a la Garrotxa, territorio maravilloso y que os recomiendo conocer, con un pasado y presente muy vinculado a la tradición artística y textil, me inspiró para diseñar el proyecto e-Referente.

A partir de aquí y ya inmersa en el proyecto de mi asociación junto con mis inquietudes y capacidades, tanto personales como profesionales, comencé el proceso de investigación hasta que he dado con mi propio método: Cultivar Atenea.

El estudio e interés en el comportamiento y arquetipos de las diosas griegas, los mitos, así como la perspectiva feminista, la terapia sistémica breve, el trabajo por procesos y la violencia de género, todo ello como recursos de enseñanza y de terapia, ha desembocado en mi método.

Visibilizar el poder de las Moiras, combinar la reivindicación activa y beligerante del valor femenino con una actitud conciliadora al estilo de Atenea, o desplegar un proceso de autoconocimiento y experimentación similar al de Ariadna, me han funcionado como metáforas del empoderamiento femenino. Me han inspirado, en el plano teórico, para cuestionarme y reformular pensamientos y discursos dominantes recreando así la tradición en clave feminista. Y en el nivel práctico, para diseñar y dar forma a estrategias de actuación y establecer criterios concretos que me han permitido alcanzar mayores cotas de empoderamiento en distintos ámbitos de mi vida privada y profesional y que me han llevado a crear el método Cultivar Atenea.

Los griegos atribuyeron a Atenea el haber donado a la humanidad la brida para retener al caballo, la inspiración a los constructores de naves para ejercer su arte y la enseñanza de cómo hacer el arado, el rastrillo, la yunta de bueyes y el carro.

El olivo fue su regalo especial a Atenas, regalo que condujo al cultivo de las aceitunas.

Las mujeres que me conocen y a las que he tenido la suerte de acompañar durante los últimos años me han ayudado a deshacer sus bridas, me han inspirado con sus historias de vida y me han enseñado a crear, tejer, entrelazar y desarrollar un proyecto de vida profesional y/o laboral acorde a sus anhelos y necesidades.

Cultivar Atenea es el regalo especial a todas las mujeres, regalo que os conducirá al cultivo de vuestra nueva vida profesional y/o laboral de forma autónoma.

Sólo hay que tirar del hilo y ver dónde nos lleva…

Iolanda Suescun,

Fundadora, CEO, formadora y mentora de la Asociación Athena.

Athena Espai d'emprenedoria